lunes, 14 de octubre de 2013

Narraciones maliciosas...

Me miraba con sorpresa y cierto temor, con un "no" que su mirada gritaba a la mía...
Y yo no le creí. Tal vez debí hacerlo. Debí entender que no era más que una niña asustada.
Con una sonrisa perversa me acerqué a su rostro, ella no parpadeó y yo la miraba fijamente.
Noté cierta pasión contenida en sus labios carnosos, los que hace tan sólo segundos creía imposibles de besar.
"No me toque" - me dijo. Con el rostro tieso y el cuerpo temblándole tímidamente, con el corazón palpitándole a mil por hora, como intuyendo lo que seguiría.
No hacerlo era un completo desafío. Sentía el morbo incontenible de saber cómo sería ella desnuda, debajo mío, ya entrada en calores y con cierta respiración jadeante, si eso la haría realmente mía, si le gustaría y me pidiese más, si sería la amante perfecta, si la experiencia de mis años la atrapase en un círculo vicioso de la cual no pudiese salir nunca, si finalmente ella, que, aunque no fuese una mujer del todo, más bien una frágil quinceañera, se enamorase de mi como tantas otras lo hicieron cuando era yo joven, esbelto y libre de estas arrugas y cabellera blanca que tanto asustan..."

No hay comentarios: